Encontrarnos con nosotros mismos: hacernos preguntas difíciles, generando emociones, permitiendo claridad, comprensión e incluso conocimiento. Fomentar un encuentro humano, que busca el contacto visual y la verdad, en el que se comprende que lo que no entendemos no es necesariamente incorrecto, sino que simplemente puede estar fuera de nuestro ángulo de visión. Implica intentar ampliar nuestro campo de visión, encontrar nuevos puntos de vista, acercarnos, alejarnos, estirarnos, ponernos de puntillas, girar. Es algo que nunca termina, que está en todas partes, todo el tiempo, en todo; es el “por qué” y el “cómo”, es una pasión verdadera y ardiente que impulsa nuestras vidas.
Todos somos personas creativas y presentamos nuestro trabajo frente a una audiencia. Lo inesperado es parte de la experiencia. Lleno de color y de vida, diferente a lo que conocemos, a veces ilógico. Puede tener algo inquietante, que provoca indecisión, o algo cautivador y tentador; lo principal es que el encuentro sacuda las cosas y abra los ojos de las personas. Hay un mensaje, la experiencia que hemos creado tiene una narrativa y es precisa, cuando es relevante.
No hay sueño sin deseo. Comienza con un pequeño pinchazo que se hace cada vez más fuerte, comenzamos a mirar, se convierte en un deseo real, cerramos los ojos y tratamos de imaginar lo que lo saciará; las ideas pasan ante nosotros hasta que una de ellas enciende una llama, chispas, la emoción, el entusiasmo, nos inspira. Vemos el sueño como una herramienta para el liderazgo, para liderar. Un sueño traducido en visión y hoja de ruta, un sueño verdadero que inspira motivación y fe, un sueño así es contagioso, se puede transmitir y esa, de hecho, es nuestra misión.
Cada sueño tiene una hoja de cálculo. Por mucho que sea importante para nosotros mirar hacia adentro y volar con nuestros sueños, es importante traducirlos en acción. Somos “hacedores”empedernidos: marcamos objetivos, los dividimos en tareas y avanzamos con determinación para llevarlas a cabo. Es cierto que a veces es una tarea de Sísifo, enrevesada, frustrante, y a veces lleva mucho tiempo. Pero tenemos el poder de permanencia, la cuestión no es si lo lograremos, sino cuándo.
Interpretamos la “devoción” en el sentido más íntimo: para entregarse es necesario desnudarse y estar juntos. Desnudarse comienza por acercarnos, por dejar caer las máscaras, en primer lugar las nuestras. Acercarse de una manera limpia, sencilla, auténtica, sin nada que ocultar, nadie es perfecto. Conectar y estar conectados al sueño que nos motiva y cumplirlo juntos, cada uno desde su lugar. Somos un grupo de devotos y si realmente quieres formar parte, la dedicación es importante.
Esta es también la oportunidad de agradecer a todas las personas que ayudaron en el camino, no existiría Points of You® sin ustedes. Un agradecimiento especial a nuestra increíble Tribu Global, no podríamos estar más agradecidos. ¡Y para ti! Gracias por acompañarnos en este viaje para abrir corazones y mentes en todo el mundo.